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Evolución de los Mercados en la Economía Rural (página 2)




Enviado por licette



Partes: 1, 2

La teoría estructuralista intenta explicar la
pobreza rural
por Ia excesiva concentración de la propiedad
agrícola. El sistema de
latifundios y minifundios sería una limitación al
desarrollo rural (Rodríguez, 1980). La política a seguir es
obvia: había que hacer la reforma
agraria. En efecto se hicieron programas de
reforma
agraria en varios países de América
Latina. Los datos muestran
que el grado de concentración de la propiedad agraria ha
disminuido a través del tiempo en varios
países Pero Ia pobreza rural no
se ha reducido.

En realidad, la potencialidad de la reforma agraria es
muy limitada para reducir la pobreza rural.
La razón es simple y tiene que ver con la estructura
económica: los datos agregados
muestran que en cada país el ingreso agrícola per.
cápita es muy bajo comparado al ingreso nacional per.
cápita. Luego aun si se llegara a la completa igualdad en el
campo Ia pobreza no se reduciría mucho. Redistribuir
ingresos
dentro del campo parece llevar a redistribuir pobreza. La
redistribución para tener efectos importantes sobre la
pobreza rural tendría que ser muy selectiva, tanto sobre
el grupo del cual
se obtiene el ingreso como sobre el grupo al que
se le transfiere.

La otra teoría a considerar es aquélla que
supone que la economía rural peruana opera como si fuera
una economía neoclásica. Esta proposición
significa que los intercambios son esencialmente de mercado y
que, además, todos los mercados son walrasianos.
Podrían ser mercados de competencia
perfecta o imperfecta, pero walrasianos. Si esta
teoría fuera verdadera las causas de la pobreza rural
estaría en las variables
exógenas que enfrentan las unidades campesinas. La escasa
dotación de sus recursos, su
tecnología
tradicional y los precios
relativos estarían en la base de su pobreza. Para salir de
ella habría que aplicar políticas
de modemización de la agricultura
campesina; con su actual tecnología, los
campesinos serían "pobres pero eficientes" (Schultz,
1964). Las políticas
estatales que distorsionan los mercados también
estarían entre los factores que explicarían el
atraso rural. Habría que liberalizar los mercados, tal
como se ha hecho dentro de las reformas estructurales
recientes.
Sin embargo, las predicciones de la teoría no calzan con
los hechos. Si la teoría neoclásica fuera cierta
deberíamos observar que todos los que desean y pueden
intercambiar deberían hacerlo. No deberíamos
observar gente excluida de algunos mercados, como los
desempleados o los que no logran obtener crédito bancario.
Tampoco las políticas de aplicar reformas liberales han
mostrado el efecto que predice la teoría. Se ha dado un
proceso de
modemización en la agricultura
capitalista pero no así en la agricultura campesina. El
nivel educativo de las familias campesinas ha aumentado con la
expansión de la escuela rural y,
sin embargo, no se ha dado la modemización
tecnológica. Finalmente, las políticas
macroeconómicas y comerciales, así como el grado de
intervención del Estado, han cambiado varias veces de
dirección en las últimas
décadas, y la pobreza rural no se ha modificado
mucho.

Otra formulación teórica consistirá
en suponer una economía de mercado, pero donde coexisten
mercados walrasianos y no walrasianos. Entre estos últimos
estarían los mercados laborales y los de crédito,
los cuales funcionarían con racionamiento cuantitativo.
Así podríamos explicar las exclusiones que se
observan en estos dos mercados. Pero esta teoría es
inconsistente con otros datos de la realidad: en el medio rural
no existen ciertos mercados. No existen algunos mercados a pesar
de que hay una necesidad visible; por ejemplo, hay mucho riesgo y sin
embargo no hay mercados de seguros.

Por otro lado, no todas las transacciones son de un bien
por dinero, como
se espera que ocurra en una economía de mercado
desarrollada. Coexisten intercambios de crédito bancario y
no bancario; intercambio de trabajo por salario y por no
salarios (por
tierra, por
semillas); intercambio de producto
agrícola por dinero y por
no dinero (por crédito de los prestamistas y
comerciantes), además del intercambio por reciprocidad y
los intercambios eslabonados. Cualquier teoría que
intentara explicar el funcionamiento de la economía rural
tendría que dar cuenta de la coexistencia de estas
distintas formas de intercambio, así como de la
inexistencia de algunos mercados básicos.

La nueva teoría institucional ha desarrollado la
proposición de que las diferencias en el desarrollo de las
economías se debe a las diferencias en sus instituciones
(North, 1990). Luego, la pobreza rural que se observa en América
Latina sería un resultado de la ineficacia de las
instituciones con las que opera la economía rural. En
particular, seria el resultado del poco desarrollo de los
intercambios de mercado.
La proposición teórica es que la forma de
intercambio depende de los costos de
transacción. Prevalecerá aquella forma de
intercambio que tenga los costos menores.
Aquí definiremos "costos de transacción" como
aquellos que están asociados a los riesgos del
intercambio, debido a que, en algunos casos, el intercambio se
basa en promesas y, por tanto, en la confianza 2.
Entre los componentes de estos costos tememos: costos de información, búsqueda, negociación, selección,
monitoreo, coordinación y cumplimiento de los contratos. Los
costos de transporte no
se considerarán parte de los costos de
transacción.
Luego, la pobreza rural se podría explicar de la manera
siguiente. Las transacciones de mercado no son muy desarrolladas
debido a los costos de transacción. El mercado es la
institución más eficiente para lograr el
desarrollo. EI mercado da lugar a un sistema de
incentivos que
conducen al individuo a tomar riesgos, a ser
emprendedor. Las relaciones de no mercado se dirigen, por el
contrario, a crear un sistema que asegura la sobrevivencia del
individuo, donde las redes sociales operan como
un sistema de protección social.

La nueva teoría institucional parece ser
consistente con los datos. Las economías rurales mas
desarrolladas son aquéllas que están más
articuladas a los mercados. Pero esta observación empírica bien pudiera
ser consistente con otra teoría, como se verá mas
adelante.

La economía campesina es el grupo social
dominante en la economía rural latinoamericana. Si se
supone que la economía campesina se encuentra en un
equilibrio
estático, donde su estructura
productiva ha sido ya adaptada, por prueba y error, a sus
restricciones, tales como su conocimiento
de la tecnología y sus dotaciones de tierra,
capital
físico, capital
financiero y capital humano; y
que es un sistema productivo donde no hay redundancia de
ningún factor, excepto la mano de obra,
concluiríamos que en este sistema productivo no hay un
único factor limitante. Esto significa que no hay un
único factor cuyo aumento o provisión sea una
condición necesaria y suficiente para aumentar la producción. A la economía campesina
le faltaría de todo para desarrollarse.

Uno de esos factores limitantes para lograr la
modemización tecnológica en una economía
campesina, que opera dentro de una sociedad capitalista, lo
constituiría el escaso desarrollo de los mercados. No se
trata de un factor limitante físico, sino institucional.
Esta seria la hipótesis que
emerge de la nueva teoría institucional. Los datos
empíricos también parecen ser consistentes con esta
teoría. Dentro de una misma región, áreas
rurales con mayor proporción de unidades campesinas son
más atrasadas. El mercado es una institución con
reglas y organizaciones que contribuye a la eficiencia en el
desempeño de un sistema económico
porque introduce un juego de
incentivos que
favorece el progreso económico. Sólo el desarrollo
de los mercados no llevaría al desarrollo rural, pero sin
mercados desarrollados no habría forma de llegar al
desarrollo rural.
Uno de los hechos que caracteriza a las aéreas rurales del
tercer mundo es, en efecto, el poco desarrollo de los mercados.
Algunos mercados no existen (mercados de seguros) y otros
son escasamente desarrollados (mercado financiero, de
mercancías, de asistencia técnica). La hipótesis de este estudio es que en el
medio rural los intercambios de mercado coexisten con los de no
mercado 4.
En la sección siguiente, se desarrollará esta
hipótesis,
analizando para ello tres mercados de servicios que
son básicos en la economía rural: el de asistencia
técnica y aprendizaje
tecnológico, el de crédito y el laboral. Se busca
así entender mejor el funcionamiento de la economía
rural.

3. Lógica
campesina en mercados poco desarrollados

Mercados de asistencia técnica y aprendizaje
tecnológico
En el corto plazo, donde el
conocimiento tecnológico es constante, los
agricultores tendrían necesidades de asistencia
técnica. Habría una demanda para
el control de plagas
y enfermedades en
el proceso
productivo. En el largo plazo, donde hay nuevos conocimientos
tecnológicos, los agricultores tendrían necesidades
de capacitación, de aprendizaje, para adoptar
y adaptar las innovaciones tecnológicas.

En el caso de los servicios de
asistencia técnica, la proposición que se
postulará aquí es que la demanda
dependería del aporte del servicio al
incremento de la producción y del precio del servicio.
Cuanto mayor el aporte del servicio mayor la demanda; cuanto
menor el precio mayor la cantidad demandada del servicio, aunque
la capacidad económica del productor puede ser tan baja
que no demande estos servicios en un rango amplio de precios del
servicio.
La demanda campesina por servicios de capacitación dependería de los
rendimientos esperados que lograría con la innovación tecnológica, el tipo de
riesgo
involucrado (soportable o insoportable) y del precio del
servicio. Cuanto mayor el rendimiento esperado y menor el riesgo,
mayor la demanda por el servicio pues los nuevos conocimientos
serían respuestas tecnológicas útiles a los
problemas que
enfrentan los pequeños agricultores. La
modernización tecnológica generaría una
demanda derivada de servicios de capacitación
agrícola. Cuanto más bajo el precio del servicio
mayor la cantidad de servicios que desearía tener el
agricultor, aunque, de nuevo, la capacidad económica de un
pequeño agricultor puede ser muy limitada para pagar por
esos servicios dentro de un rango amplio de precios.

Los datos estadísticos no hacen la
distinción entre estos conceptos. Pero en cualquier caso,
las informaciones censales muestran que la demanda por ambos es
de bajo nivel. Esta observación indicara que (a) no hay muchas
novedades tecnológicas para la agricultura campesina; (b)
la capacidad económica de la economía campesina es
muy limitada para generar una demanda importante. Oferta y demanda
se encontrarían pero en un equilibrio de
bajo nivel. Para reducir la pobreza rural habría que
expandir ambos componentes: nuevos conocimientos
tecnológicos para los campesinos y acceso al
crédito para financiar la inversión en conocimiento
tecnológico. Aquí, implícitamente, se
reconoce que existe un costo de información y de aprendizaje para elevar el
stock de conocimiento tecnológico. Se contradice
así el supuesto de la teoría neoclásica de
que el mercado entrega a los individuos infonnación
tecnológica sin costo
alguno.

Mercado crediticio
Todo proceso de producción requiere reponer su capital,
tanto el fijo como el circulante. En el caso de la agricultura el
capital circulante, llamado también capital de
trabajo, es el principal tipo de capital a reponer. Debido al
supuesto de que las unidades campesinas se encuentran en un
equilibrio estático, el sistema productivo es de
autoreemplazamiento, y no hay demanda de capital, ni
físico ni circulante. En este sistema estático, el
campesino tiene la capacidad de reponer su capital circulante,
tomando parte de su propia producción, período tras
período.
Supondremos que cuando el agricultor campesino enfrenta
innovaciones tecnológicas, sus necesidades de financiamiento
se elevarán. Hay que financiar la compra o construcción de bienes de capital. El otro
efecto de una innovación es que el nivel del capital de
trabajo aumentará. Así surge una demanda de
crédito anual. Luego, una hipótesis plausible
diría que cuanto mayor es el grado de modernización
tecnológica mayor será su demanda de crédito
. El crédito es una demanda derivada.

Los datos estadísticos no hacen la
distinción entre demanda de crédito para capital
físico o para capital circulante. Pero en cualquier caso,
los datos censales muestran que la participación de los
campesinos en los mercados de crédito bancario es muy
reducida.
La visión usual que se tiene sobre el funcionamiento del
mercado financiero rural es que hay muy poco acceso de los
agricultores campesinos al bancario; es decir, el problema
está en la restricción institucional a la demanda.
Si se observa que solo 10% de los campesinos obtuvieron
crédito bancario se concluye usualmente que el 90%
restante constituye el exceso de demanda.
Se podría decir que la teoría implícita en
este argumento, que es muy común en la literatura, es que el
mercado de crédito es perfectamente elástica a una
tasa de
interés dada y la cantidad demandada a esa tasa en muy
vasta, de la cual sólo una pequeña fracción
obtiene crédito, que son aquellos que pueden presentar
garantías, es decir, que tiene títulos de
propiedad. Tomando en cuenta esta restricción
institucional, la demanda relevante se referirá
sólo a aquellos agricultores que tienen títulos de
propiedad todos obtendrían crédito. Es decir, el
crédito a la agricultura se podría multiplicar por
varias veces, sin ningún problema por el la de la oferta. Esta
teoría tiene predicciones que no parecen ser consistentes
con los datos que usualmente observamos, tales como:
En los bancos no hay
tanto exceso de fondos no prestados como sugiere la
teoría. No sabemos exactamente cual es la magnitud de este
exceso, pero ciertamente los bancos no podrían expandir
sus prestamos en diez veces si la demanda así lo
dictará (si se extendieran títulos de
propiedad).
A las condiciones en que se ofrecen los créditos, la demanda tampoco parece ser tan
vasta. Como veremos más adelante, ni siquiera es cierto
que todos los que tienen títulos de propiedad obtienen
crédito bancario.

¿Cuál es la lógica de la banca comercial
frente a la unidad campesina? Una hipótesis sobre la
lógica de la banca comercial
frente a la pequeña agricultura se puede expresar
así. El principal problema con los prestamos a la
pequeña agricultura es que el costo relativo (relativo a
prestatarios de mayor tamaño) es más alto. El costo
unitario de llevar a cabo la operación, así como
los costos unitarios de supervisión y de ejecución de la
garantía, son relativamente más elevados para el
banco; es
decir, los costos de transacción son más altos. La
mora en la pequeña agricultura no tiene por que ser muy
distinta de la que existe para los demás prestatarios del
banco. La
lógica de aversión al riesgo del campesino le
llevaría a evitar sobre-endeudarse. El crédito al
pequeño agricultor no tiene que ser más riesgoso.
La diferencia parece estar en el mayor costo de
transacción con una unidad de pequeña escala de
operación.
Las prácticas usuales de los bancos son que usualmente
racionan el crédito, no otorga prestamos de libre
disposición y supervisan el uso del dinero para asegurarse
el repago.

¿Por que ocurriría este racionamiento
entre los elegibles? Algunas teorías
sostienen que el mercado de crédito bancario es un mercado
no walrasiano. Los precios y cantidades que se transan
actualmente son de equilibrio con exceso de demanda. Este mercado
operaría con racionamiento de cantidades. La tasa de
interés
no podría subir para eliminar el exceso de demanda porque
a mayores tasas de
interés los préstamos tendrían un mayor
riesgo, haciendo que los beneficios esperados de los bancos no
sean los máximos (Stiglitz y Weiss, 1981). Tampoco la
solución podría ser con exceso de oferta porque
en ese caso se puede bajar la tasa de
interés y tener prestamos con menores riesgos. La tasa
de interés
operaría como instrumento de selección
(screening- device).
Bajo esta teoría se debería observar que una mayor
demanda de crédito no daría lugar a un aumento en
la tasa de interés, pero si a cambios en las cantidades a
racionar. Una reducción en la cantidad de crédito
que los bancos pueden ofrecer no daría lugar a una subida
en la tasa de interés, sino a variaciones en el
racionamiento.

Los bancos agrícolas estatales fueron creados
como una forma de resolver esta falla del mercado, para que el
crédito llegara a los pobres del campo. Necesitamos una
hipótesis sobre la lógica de los bancos estatales
frente a los pequeños agricultores. Este es un banco
formalmente especializado en la pequeña agricultura. Pero
atender a este sector significa incurrir en costos unitarios
mayores que el que enfrentan los bancos comerciales. Bajo estas
condiciones el banco estatal trataría de evitar el
trabajar con la pequeña agricultura y buscaría,
más bien, maximizar el numero de unidades de mediana
propiedad, sujeto a la restricción del tope de
crédito autorizado por prestatario. A ello se une los
costos que tiene para el prestatario los trámites
burocráticos y lentos de este banco que para el caso del
pequeño agricultor, con reducido tamaño de su
producción, eleva sus costos unitarios de manera
significativa. El crédito del banco estatal tampoco es de
libre disponibilidad.
Aunque el banco estatal tiene topes para los préstamos, lo
cual lo obliga a especializarse en la pequeña y mediana
agricultura, no tiene incentivos para llegar a los más
pequeños agricultores porque ello incrementaría sus
costos unitarios y reduciría su desempeño
financiero global. Por razones puramente económicas la
pequeña agricultura quedaría excluida. En este
sentido, un banco estatal operaria con la misma lógica de
un banco comercial, con la diferencia que está sujeto a
topes en el monto de los prestamos individuales.

Si se le agregan objetivos
políticos, que también son parte de su
racionalidad, esa exclusión posiblemente se refuerce. Pero
en la practica el banco estatal llegaba a los pequeños
agricultores en una mayor proporción en comparación
a la banca comercial.
La fungibilidad del crédito implica que el crédito
bancario (comercial o estatal) se vuelve parte del capital total
del agricultor y que este total puede asignarlo a cualquier uso.
A cada asignación de sus recursos, el
agricultor obtendrá un resultado económico
diferente. Pero no es posible atribuir un uso particular al
crédito bancario, como a veces se pretende. Entonces,
¿por qué el banco no otorga crédito de libre
disponibilidad al agricultor campesino y se esfuerza en otorgar
crédito con un destino especifico, como crédito
para maíz, por
ejemplo? ¿Y por qué el banco incurre en el costo de
supervisión para que ese uso se cumpla?
La lógica del banco parece basarse en la idea de que si el
campesino asigna el crédito al uso acordado, la
devolución del préstamo está más
asegurada que si lo asignara a otro uso. Si se diera un resultado
adverso, el prestatario es el que asume la perdida y la
obligación de devolver el préstamo, aunque el
prestamista tiene que incurrir en costos para recuperar el dinero. Si
el resultado es el esperado, entonces prestatario y prestamista
cierran bien el intercambio. Si el prestatario asignara el
crédito de otra manera, en la evaluación
del banco el riesgo de fracaso seria mayor y también el
riesgo de devolución del crédito seria
mayor.

La otra razón del prestamista para supervisar el
crédito se basaría en su idea de que el prestatario
podría desviar el crédito a un uso no productivo.
Si se le dejara a su libre elección, el repago de la deuda
estaría en riesgo desde el comienzo. Este seria el caso
para agricultores pobres. Si el agricultor pone el crédito
al cultivo señalado por el contrato y
fracasa también tiene que responder por el crédito,
aunque el prestamista tiene que incurrir en costos para recuperar
el dinero.
Luego, el prestamista, bajo condiciones de infonnación
incompleta, tiene todo el incentivo para supervisar el
préstamo.
En ambos casos el costo de la supervisión se carga al
prestatario. Los créditos de libre disponibilidad
serían más baratos para los agricultores, pues
ellos no tendrían que pagar los costos de
supervisión. Pero la información incompleta lleva
al problema del tipo "principal agente" y el banco se ve en la
necesidad de supervisar el crédito.

¿Y cuál es la lógica de la unidad
campesina frente al mercado de crédito? La
hipótesis que quisiera proponer aquí es que, bajo
las condiciones actuales de producción, no todos los
agricultores campesinos demandarían crédito
bancario. La demanda de crédito depende de la introducción de innovaciones
tecnológicas. Como la mayoría de la unidades
campesinas operan con una tecnología tradicional, la
demanda de crédito se limita sólo a los
innovadores. Luego habría agricultores que aunque tuvieran
títulos de propiedad no demandarían crédito
bancario, pues su auto-financiamiento es suficiente para su
escala de
producción y su conocimiento tecnológico. Este es
el sentido de considéralo como unidades en equilibrio de
bajo nivel. Por otro lado, aunque fueran innovadores y tuvieran
necesidad de crédito no siempre estarían dispuestos
a tomar crédito bancario por su lógica de
aversión al riesgo.
Es este papel de la
demanda de crédito de las unidades campesinas lo que se ha
ignorado en los análisis sobre el mercado de crédito
rural y es lo que ha dado lugar a confusiones sobre las causas de
la exclusión de los campesinos del mercado crediticio.
Esta exclusión se ha atribuido enteramente a las
restricciones legales, como el derecho de propiedad y la falta de
garantías. El factor más importante de la
exclusión sería la propia lógica campesina
frente a las condiciones bajo las cuales operan los
bancos.

Esta proposición teórica es consistente
con la observación empírica de que la
proporción de unidades campesinas que obtienen
crédito de los bancos estatales es superior a la de la
banca comercial. El riesgo de una perdida en el colateral es
mayor en ésta que en aquélla. En ciertas ocasiones
la banca estatal hasta ha condenado las deudas y su capacidad de
ejecutar las garantías son menores.
En suma, hay poco crédito bancario que se otorga a las
unidades campesinas porque su demanda de crédito
sería reducida, tanto porque no hay innovaciones
tecnológicas que puedan adoptar e inducir esa demanda,
como porque sus limitaciones económicas les llevan a
evitar el riesgo de incurrir en una perdida significativa. Por el
lado de la oferta, el costo de transacción para el banco
es muy alto para otorgar prestamos a la agricultura
campesina.
Se sabe que los campesinos recurren al crédito no
bancario, al que podemos denominar "crédito informal".
¿Cuál es la lógica campesina de recurrir al
crédito informal? ¿Por qué el crédito
bancario no hace desaparecer el crédito informal y por
qué el mercado no prevalece como la institución
más eficiente? La unidad campesina puede obtener
crédito con menos riesgo y mayor oportunidad de un
comerciante, terrateniente, amigo o familiar porque en todos
estos casos los intercambios no son de mercado.
Analíticamente, es una contradicción en los
términos hablar de "mercado de crédito informal"
para referirse a los intercambios basados en relaciones
personales y redes sociales, como aparece en la literatura.
El crédito informal se basa sólo en la confianza.
Luego, el costo de transacción es más
pequeño tanto para el prestamista como para el prestatario
en comparación a la transacción de mercado
5.
También el monto transado es más pequeño
porque la demanda de crédito de una unidad campesina
tradicional es muy reducida. Pero el intercambio es "eslabonado":
se intercambia crédito conjuntamente con bienes (cosecha,
insumos), trabajo, tierra. En esta forma de intercambio la tasa
de interés está calculada sólo de manera
implícita. Y, ciertamente, no se da la ley del precio
único.

La persistencia de los prestamistas informales parece
consistente con esta teoría. Los pequeños
agricultores encuentran que el crédito bancario es muy
riesgoso. Ellos prefieren a los intermediarios quienes no les
ejecutarán la garantía, como si lo podría
hacer el banco. Así se economizan costos de
intermediación y también los costos de
transacción. Otra razón por la cual el
crédito informal compite favorablemente con los bancos en
la pequeña agricultura es que el crédito es
oportuno. La tasa de interés es alta pero es
también de muy corto período por lo cual el peso
del costo financiero en el ingreso anual no es tan significativo.
La tasa relevante para el campesino es la mensual. Pero
anualizada, esta tasa está muy por encima de la que rige
en el mercado de crédito.

¿De dónde provienen los fondos prestables
de los prestamistas informales? Ciertamente, una parte debe
provenir de sus propios fondos. Pero quisiera proponer la
hipótesis de que hay otra parte que proviene de prestamos
que ellos obtienen de los bancos. En este caso, los prestamistas
actuarían como intermediarios financieros informales en el
medio rural. La evidencia empírica sobre este tema es, sin
embargo, casi inexistente.
Mientras exista la economía campesina tradicional (fuera
del proceso de modernización) habrá "crédito
informal." El crédito informal cumple una función
importante en el funcionamiento de la economía rural:
satisface las necesidades de crédito de la economía
campesina. Entre estas necesidades hay que incluir el
crédito debido a contingencias aparte de la
producción. Pero si se diera un proceso de
modernización tecnológica masiva para la
agricultura campesina, donde el crédito informal
sería insuficiente, la falta de un mercado crediticio
desarrollado puede ser un factor limitante que impida la adopción
de innovaciones tecnológicas.

Mercado laboral
El mercado laboral en el
medio rural también muestra un escaso
desarrollo. En muchos casos, el intercambio de mano de obra es
parte de transacciones eslabonadas, pues se intercambia con otros
bienes o servicios, como crédito, bienes agrícolas,
alquiler de tierras, y no con el dinero. Bajo estas condiciones
los salarios no son
ni explícitos ni uniformes. Esta característica obedece al poco desarrollo
de los mercados rurales en general, donde el intercambio de mano
de obra no puede ser un intercambio independiente. Es frecuente
observar en el campo que los campesinos respetan mucho mas la
obligación de un intercambio de trabajo por reciprocidad
que un contrato de
trabajo asalariado. Es sorprendente como el mercado no puede
imponerse sobre las relaciones de no mercado.
Otra característica se refiere a la
estacionalidad del empleo
asalariado. Debido a que la demanda de trabajo para la
agricultura es estacional, se genera un desempleo
estacional agrícola. ¿Cómo se ajusta este
desempleo
estacional? Los trabajadores del campo llevan a cabo migraciones
temporales a otras zonas rurales o a ciudades; otros producen
bienes no agrícolas en su propia unidad. El salario no parece
ajustarse a las variaciones estaciónales en la demanda de
mano de obra. Debido al escaso desarrollo del mercado laboral
rural no hay desempleo abierto. La consecuencia es que no se
mantiene un mercado laboral activo en el medio rural a lo largo
de todo el año. Los trabajadores rurales tienen, entonces,
que incurrir en costos de transacción y de transporte
cuando tienen que hacer migraciones temporales para obtener
empleos.

Para los campesinos la seguridad
alimentaría parece ser un objetivo
central dentro de su estrategia de
sobrevivéncia. Se puede comprender ahora que este objetivo
está asociado al problema de que los mercados de bienes
agrícolas y de otros bienes y servicios no están
suficientemente desarrollados en el campo. Si fuera posible
obtener un empleo
asalariado y comprar alimentos cuando
la propia producción no es suficiente no se
justificaría la búsqueda de la seguridad
alimentaria basada en la propia producción. El problema es
que estos mercados no operan así. Es claro que esta
estrategia
implica un costo para la unidad campesina, pues podría
producir otros bienes más rentables o emplearse como
asalariado. Pero esto requeriría que los mercados
estuvieran desarrollados.

4. Dinámica

En un contexto de modemización
tecnológica, la demanda de
crédito
aumentará. Para que la modemización se lleve a
efecto en la pequeña agricultura,
habrá necesidad de aplicar políticas
para crear y desarrollar el mercado
financiero rural. Bajo las condiciones actuales, no hay manera de
llegar con crédito
a la pequeña agricultura a
través de los bancos, sean
estos privados o estatales. Simplemente el sistema de
incentivos de
los bancos no lo
permite. La lógica
de las cooperativas
de crédito y ahorro no es
muy distinta tampoco. Las ONGs también tienen
limitaciones. Bajo las condiciones actuales en que opera el
mercado
financiero rural, la mayor demanda de
crédito no podría generar su oferta.

Por estas fallas del mercado es que existe el
crédito informal. No se trata entonces de buscar la
desaparición del crédito informal, pues cumple una
función
en el actual sistema
económico rural; se trata, más bien, de
transformado, de echar a andar un proceso de
evolución que lo lleve a operar como un
mercado, con mayor eficiencia.
El crédito informal tiene la ventaja de que sus costos de
transacciones son bajos comparados a los de las empresas
financieras. La desventaja para el agricultor es la alta tasa de
interés. Esta tasa es fundamentalmente
implícita y el prestamista informal lo obtiene del
conjunto de intercambios eslabonados que hace con el prestatario.
Estos intercambios no se dan bajo relaciones de mercado sino bajo
relaciones personales. Los pequeños agricultores quedan
así atrapados en un sistema del cual les es difícil
salir, aún si tuvieran innovaciones tecnológicas
rentables que poner en práctica. Y parece que hay
potencialidades para ello, como lo muestra el Cuadro
3, donde se observan diferencias significativas en la productividad
dentro de la economía campesina .
Pero el crédito puede convertirse en el factor limitante
para salir de la
pobreza.

En otros mercados, algunas
medidas para llegar a las unidades campesinas mediante la
creación de mercados no han
funcionado. Este es el caso de los servicios de
extensión agrícola. Frente al fracaso de los
programas
públicos de extensión agrícola, en muchos
países se ha buscado sustituirlos por programas
privados. Se ha intentado desarrollar un mercado de asistencia
técnica. El caso más conocido fue el que se
aplicó en Chile en
1978-83. El Estado
otorgó un subsidio a los precios por la
entrega del servicio de
asistencia técnica que hiciera una empresa
privada a los pequeños agricultores. Se buscaba así
la creación de muchas empresas y por el
lado de la demanda, los campesinos tenían los incentivos para
solicitar los servicios de
extensión agrícola a un precio
más bajo; se esperaba que el subsidio estatal seria
sólo un gasto inicial para lograr el desarrollo del
mercado. Una vez que el mercado estuviera desarrollado se
reduciría o eliminaría el subsidio y el campesino
pagaría el precio total
del servicio.
Este programa no fue
exitoso. El mercado no se desarrolló y no pudo sustituir
de manera significativa a la extensión agrícola
pública. Las razones del fracaso serían: la falta
de un programa
coherente en lugar de las acciones
independientes y desordenadas que realizaban las empresas; la
falta de evaluación, fiscalización y control de las
acciones de
las empresas por parte de estado y de
las organizaciones
campesinas (Gómez, 1991). Para otros la causa del fracaso
fue el falso supuesto del programa de que existía un
mercado de servicios de asistencia técnica en el
área rural chileno (Berdegué y Marchant, 1995).
Para aplicar una política que busque
desarrollar un mercado de servicios de extensión
agrícola para campesinos hay que comprender los factores
que determinan el desarrollo de
esos servicios. Un factor que limita ese desarrollo es el bajo
poder
adquisitivo de los campesinos, quienes demandarán
sustitutos de menor calidad, los
llamados "bienes
inferiores". El otro factor es de oferta:
¿qué tendría para ofrecer una empresa privada
en materia de
solución técnica a los problemas
específicos de la agricultura campesina?

Y aún si la empresa
privada tuviera respuestas que ofrecer y el campesino tuviera el
poder
adquisitivo necesario, el desarrollo del mercado estaría
limitado por los costos de
transacción. Contratar un servicio en el mercado tiene sus
riesgos. En el
caso del campesino, estos costos de transacción incluye el
riesgo de no
obtener el servicio deseado a plena satisfacción,
así como los costos de información.
Estos factores explicarían por que un mercado de
asistencia técnica para campesinos es casi inexistente. En
realidad este mismo problema se da en otros mercados. ¿Por
qué el campesino no demanda el servicio de un
médico y más bien utiliza los servicio de un
boticario o curandero? ¿Por qué el campesino no
compra los servicios de un abogado y acude más bien a un
tinterillo? Los factores explicativos parecen ser los mismos. El
campesino no compra los servicios de un ingeniero agrónomo
o de una empresa
consultora sino que acude al vendedor de insumos del pueblo (el
equivalente al boticario) o al extensionista estatal. Cuando la
capacidad económica de los agricultores es elevada
aparecerán los mercados de servicios de
extensión.
La evolución de los mercados laborales parece
seguir patrones distintos. En la primera etapa, el mercado
laboral opera
con intermediarios (el "sistema de enganche"), donde el
intermediario utiliza sus redes sociales en las
comunidades rurales para contratar trabajadores y llevarlos a las
áreas de demanda laboral. En una
etapa posterior, el enganche desaparece y los trabajadores y
empleadores contratan directamente. Este cambio se debe
a las migraciones que aumentan el tamafio de las ciudades
intermedias y, con ello, la oferta laboral local. Figueroa (1983)
presenta esta evolución para el caso de la costa
peruana.

En general, ¿cuáles son las causas del
escaso desarrollo de las relaciones de mercado en el medio rural
y cuales sus consecuencias para la reproducción de la pobreza rural? En
el caso de los mercados de crédito y de asistencia
técnica la causa estaría en los bajos niveles de
demanda y oferta; mientras que en el caso del mercado laboral,
estaría en el bajo nivel de demanda. A los bajos niveles
de demanda y oferta les subyacen los factores que tienen que ver
con el atraso del medio rural, tales como falta de nueva tecnología campesina,
bajos ingresos, baja
escala de
producción de las unidades campesinas y
altos costos de transacción. El grado de desarrollo de los
mercados sería, pues, endógeno. En economías
de bajos ingresos los
mercados son poco desarrollados.
En una perspectiva del análisis dinámico, la consecuencia
del escaso desarrollo de los mercados es la reproducción de la pobreza rural.
No hay mercados porque hay pobreza rural y
hay pobreza rural porque no hay mercados. Para salir de este
circulo vicioso se tiene que entender cuales son las variables
exógenas del sistema dinámico. Según la
teoría
presentada aquí, estas variables
exógenas serían la tecnología, instituciones
y también la cantidad de bienes
públicos en el campo (infraestructura de comunicaciones). Estas variables tendrían
efectos sobre los costos de transacción y costos de
adopción
de innovaciones tecnológicas en la economía
campesina.
Un argumento central de los teóricos de la economía
institucional es que los derechos de propiedad son
esenciales para el funcionamiento eficiente del mercado. Es una
fuente de los altos costos de transacciones. Luego, el desarrollo
de los mercados rurales requiere que los derechos de propiedad
estén claramente establecidos. Aquí hay
innovaciones institucionales que hacer tanto en asegurar estos
derechos en cuanto a títulos de propiedad, cuestión
que no esta resuelta en un gran segmento del medio rural, y
también asegurar un sistema judicial eficiente.
Con la creación y expansión de las relaciones de
mercado perderá importancia el intercambio de no mercado
y, con ello, las familias pobres del campo perderían sus
redes sociales.
Tendría que crearse, entonces, nuevas formas de
protección social junto al desarrollo de los mercados. Un
aspecto pocas veces señalado para el caso de los
países capitalistas desarrollados es que junto con el
desarrollo de la economía de mercado se tuvieron que crear
formas organizadas de protección social (como el seguro de
desempleo).
Una forma de protección social podría darse a
través de políticas
de empleo rural o
regional. El desempleo
agrícola estacional se puede reducir con programas de
empleo en
obras públicas. Estos programas podrían cumplir el
papel de una
política
de ingresos mínimos para la familia
rural, concentrando su atención en el empleo de mujeres, por
ejemplo. Las familias pobres rurales tienen que absorber todo el
costo de la
seguridad
económica; ellos mismos se auto aseguran con la
diversificación de sus actividades. No tienen mecanismos
para transferir parte de estos costos al mercado, pues para ello
se necesitaría un mercado de seguros, que no
existe en el medio rural. Pero podrían transferir parte de
sus costos de seguridad a la
sociedad, a
través de la política de empleo en obras publicas.
El Estado
actuaría como empleador de ultima instancia.

5.
Conclusiones

La economía rural latinoainericana puede ser
vista como la combinación de dos formas de producción: Ia capitalista y la campesina.
La economía campesina constituye el mayor grupo social
donde la pobreza se encuentra concentrada. Esta economía
se caracteriza por unidades donde la dotación de recursos es muy
limitada y la tecnología es estática.
Estas unidades operan en un contexto donde coexisten las
transacciones de mercado y transacciones que no son de mercado.
El mercado no ha logrado imponerse (y destruir la economía
tradicional) en la economía rural.
La conocida afirmación de Schumpeter sobre el comportamiento
de mercado que domina hasta en comunidades campesinas ("the
peasant sells his calf just as cunningly and egoistically as the
stock exchange member his portfolio of shares") no calza con los
hechos. Este comportamiento
puede darse en los mercados urbanos donde el campesino vende su
ternera a compradores que apenas conoce; pero en las relaciones
de intercambio en comunidades campesinas hay normas sociales
que implican relaciones personales, redes sociales y estrategias de
sobrevivencia. Aquí hay lugar para el intercambio de no
mercado.
Las proposiciones teóricas presentadas aquí se
pueden resumir en las siguientes relaciones. De un lado, el nivel
del ingreso rural depende del desarrollo de los mercados; pero de
otro lado, el desarrollo de los mercados depende del nivel del
ingreso rural. Estas dos variables son endógenas.
¿Cuáles son Ias variables exógenas? En la
primera relación la variable exógena es la
tecnología, mientras que en la segunda están el
costo de
transacción (en relación inversa) y la oferta de
bienes públicos en cuanto a comunicaciones.
Esta teoría
contrasta con la de la nueva economía institucional.
Allí el ingreso rural dependería del desarrollo de
los mercados. Pero esto es sólo una de las relaciones del
sistema teórico que hemos establecido. El nivel de la
demanda también juega un papel
importante, y no sólo los costos de transacción. La
observación empírica de que
comunidades más ricas están más cercanas a
economías de mercado (grandes y medianas ciudades) es una
correlación que no se puede tomar como una relación
de causalidad. Ambas variables son endógenas. Las
variables exógenas fundamentales son las innovaciones
tecnológicas e institucionales.
La visión convencional de los diseñadores de
políticas es que los mercados rurales están
allí y que lo único que hay que hacer para que esos
mercados funcionen bien es eliminar las intervenciones estatales.
La proposición central de este estudio ha consistido en
mostrar que las relaciones son otras: no hay mercados que liberar
en el medio rural; más bien, hay que crearlos. Crear y
desarrollar algunos mercados básicos, mediante
innovaciones tecnológicas e institucionales,
debería ser, por lo tanto, parte de las reformas
estructurales que están llevando a cabo los gobiernos en
América
Latina.

6.
Bibliografía

www.google.com
www.altavista.com
www.yahoo.com
www.hispavista.com

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